El reconocimiento, autoconocimiento, diálogo genuino y aceptación como claves para evolucionar y crear una mejor convivencia social; gestionar lo que nos pasa nos empodera.
Un simple gesto, una situación cotidiana, una mirada, una respuesta, una invitación. Nos sacude, vibra, estremece, desacomoda. La emoción está entendida desde su raíz etimológica como movimiento, como una convulsión o temblor que provoca una reacción, ante el miedo, por ejemplo: huimos o nos paralizamos.
Poder gestionarlas es uno de los mayores desafíos del ser humano. La realidad, como realidad misma, es neutra porque lo positivo o lo negativo deviene de la interpretación que uno hace del hecho que le sucede. Lo mide y mira de acuerdo a su experiencia, de acuerdo a sus aprendizajes, es su realidad.
A veces no sabemos qué nos pasa, pero nos pasa algo y ese algo que no sé ponerle nombre, me predispone a accionar o no accionar.
Es vital la importancia de conocernos y habitar nuestras emociones. Cuando puedo reconocerme y puedo mirarme, voy a vincularme con el otro desde un lugar diferente. La clave primigenia, es partir del autoconocimiento, de inculcar desde niños a identificar las emociones, hacerlas propias, entenderlas y aceptarlas. Desde allí es que se pueden generar los mayores cambios en la convivencia social. Por eso la recomendación a padres, tutores, docentes, es apoyar al niño cuando se expresa. No decirle que llorar no sirve o que tiene que dejar de hacerlo, sino llamar su atención sobre ese efecto emocional, descubrir su origen, acompañarlo, proponerle en cambio: “Yo voy a estar acá para vos”.
Es indispensable gestionar cómo reaccionamos, recordar que a las palabras no se las lleva el viento, las palabras crean emoción y si no salen a través del lenguaje, se expresan con el cuerpo y la salud. Por eso, es fundamental apelar a la conversación genuina y profunda.
Es empezar a atreverse a vivir desde un espacio despierto, lejos de los automatismos.
Fuente: https://www.elterritorio.com.ar/noticias/2023/05/21/789753-equilibrar-el-vaiven-de-las-emociones
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